Las relaciones con los sitios que uno visita o en los que uno vive van cambiando con el tiempo. Desde más o menos el año 2006 hasta el 2012 solía visitar el Viejo San Juan o el Jardín Botánico de Río Piedras prácticamente todos los fines de semana para tomar fotos. Hacia los años más recientes, las visitas al Jardín fueron disminuyendo, pero no así aquellas al Viejo San Juan. Estas visitas habían significado para mí un reencuentro con la fotografía y sirvieron para distraerme y aplacar lo que llaman "circunstancias de la vida". Llegó el momento en que conocí al antiguo casco más que a mi vecindario, o más aún, porque uno no camina mucho en una urbanización.
Durante las primeras visitas llegué a tomar muchas fotos en cada recorrido, para luego llegar a casa a procesarlas en la computadora, lo cual me tomaba el resto del día. Esta costumbre generó ciertos efectos secundarios, tales como palpar el ritmo de la ciudad desde las horas más tempranas hasta los anocheceres, encontrarme con eventos esperados o inesperados muy fotogénicos, conversaciones insospechadas con extraños en los bancos de la Plaza de Armas, conocer a los usuales personajes, y, sobre todo, un nuevo y especial cariño por la historia.
Con el tiempo, comencé a tomar menos y menos fotos. Buscando la "foto perfecta" de algún rincón, repetí tanto los contenidos y las composiciones que ya no encontraba nada lo suficientemente curioso. Entonces iba y me sentaba en una de las plazas y veía la vida pasar mientras mi mente vagaba por otros rumbos, o, si me lo encontraba, me ponía a hablar con Charlie, uno de los deambulantes residentes cuya inteligencia callejera me brindaba las conversaciones necesarias —y a veces el consuelo— para no desviarme mucho del reality check.
San Juan es la protagonista de miles de las fotos que residen en mis discos duros, sin orden particular excepto la fecha en que fueron tomadas. Las historias que las acompañan se perderán algún día. Sin embargo, tengo la esperanza de que en el futuro alguien, quizás mi hija, si así se lo imploro en mi testamento, pueda aglutinarlas y armar los Bermúdez Archives.